La pérdida de cabello es una gran preocupación para numerosas mujeres. Es un problema que impacta negativamente en su calidad de vida, ya que afecta la percepción individual de la apariencia, la figura corporal, y la autoestima[1, 2]. De hecho, casi la mitad de las pacientes con cáncer consideran la alopecia inducida por quimioterapia uno de los aspectos más traumáticos del tratamiento[2].
La condición que más frecuentemente conduce a la pérdida de cabello en las mujeres adultas es la alopecia de patrón femenino (FPHL) [1]. Es una alopecia de inicio gradual y progresión lenta, que puede aparecer en cualquier momento de la edad adulta, aunque su prevalencia aumenta con la edad [1, 3]. Presenta un patrón diferente que la alopecia masculina: en general, la línea frontal de la cabeza no se ve afectada, y el debilitamiento del cabello solo ocurre en la coronilla y la zona central del cuero cabelludo. [4]
La alopecia femenina se produce por una reducción progresiva del tiempo del ciclo del cabello [3]. El crecimiento del cabello es un proceso cíclico que consta de varias fases y que conduce a una regeneración periódica de los folículos capilares. No es un proceso sincronizado: no todos los folículos se encuentran en la misma fase a la vez [5]. Se divide en tres fases: anágena (fase de crecimiento), catágena (fase de regresión) y telógena (fase de reposo). Al final de la fase telógena, el cabello original se cae (fase exógena) y es reemplazado por un cabello nuevo en la etapa de crecimiento temprano [1]. En la alopecia femenina hay una reducción en la duración de la fase de crecimiento, además de un retraso entre el final de la fase de reposo y el comienzo de la nueva fase de crecimiento. Se produce también un adelgazamiento progresivo del cabello: los pelos gruesos pigmentados se reemplazan gradualmente por pelos miniaturizados [1].
Aunque los cambios foliculares que conducen a la alopecia son similares entre hombres y mujeres, la fisiopatología de la alopecia femenina aún no se comprende por completo. Factores genéticos, hormonales, inflamatorios, vasculares, metabólicos y ambientales están involucrados en este proceso [1, 2]. Respecto a los factores hormonales, tanto una deficiencia de estrógenos como un exceso de andrógenos son clínicamente relevantes para la alopecia femenina[2]. De hecho, los cambios hormonales que tienen lugar tras el parto y durante la menopausia modulan el crecimiento del cabello [2, 5].
Caída del cabello después el parto
Durante el embarazo, el ciclo del pelo se ve alterado: se retrasa la fase exógena o de caída del cabello, reduciéndose el número de pelos perdidos y aumentando la abundancia del cabello. Tras el parto, los ciclos se sincronizan y terminan la fase telógena que conduce a la caída. En ese momento, la pérdida de cabello parece abundante pero solo representa la eliminación de los pelos adicionales que se habían mantenido en la fase de crecimiento y que no se habían perdido durante la gestación. Durante las primeras semanas del posparto, los cabellos entran en la fase telógena de manera sincrónica, explicando la pérdida de cabello observada después del parto. Prácticamente todo el cabello se reemplaza durante varias semanas.[5]
Caída del cabello durante la menopausia
El pelo es una estructura muy relacionada con fluctuaciones en los niveles de esteroides sexuales, por lo que durante la menopausia los folículos capilares van a verse afectados. Durante este periodo, se observan cambios en la distribución del pelo, siendo los principales la alopecia femenina y el hirsutismo facial [5].
Los cambios hormonales propios de esta etapa van a conducir a una disminución del grosor del cabello y a acortar la duración de la fase anágena o de crecimiento, siendo los responsables de la disminución del cabello en las mujeres de mediana edad [5].
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Ramos PM, Miot HA (2015) Female pattern hair loss: A clinical and pathophysiological review. An Bras Dermatol 90:529–543
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Trüeb RM (2018) Minoxidil for Endocrine Therapy – Induced Alopecia in Women With Breast Cancer — Saint Agatha ’ s Blessing ? JAMA Dermatol 1–3
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Shrivastava S (2009) Diffuse hair loss in an adult female: Approach to diagnosis and management. Indian J Dermatol Venereol Leprol 75:20–28
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Randall VA (2008) Androgens and hair growth. Dermatol Ther 21:314–328
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Piérard-Franchimont C, Piérard GE (2013) Alterations in hair follicle dynamics in women. Biomed Res Int. doi: 10.1155/2013/957432
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