Es sabido que el cabello juega un papel fundamental en la comunicación social, por lo que su pérdida puede originar estrés y disminuir la calidad de vida de la persona que la sufre(1). Ya desde la antigüedad el cabello ha tenido un papel clave en los usos y costumbres de muchas culturas y religiones(1,2). En muchas civilizaciones el cabello era un símbolo de estatus y por ello se afeitaba la cabeza a prisioneros y esclavos. Otro ejemplo es la historia bíblica de Sansón, donde un pelo largo y abundante simboliza la fuerza(1,2).
Hoy en día, un pelo sano y bonito se identifica con una buena salud, mientras que un pelo escaso y quebradizo, con mala salud, enfermedad o mala alimentación(1). Aunque el cabello no tenga una función biológica vital, los trastornos relacionados con éste sí que tienen consecuencias psicológicas ya que pueden afectar negativamente a la percepción de la apariencia, la imagen corporal, la sexualidad y la autoestima del individuo (3,4). Además, es importante resaltar que estas reacciones psicológicas se relacionan más con la propia percepción del paciente sobre su grado de pérdida de cabello que con las calificaciones de los médicos(5).
Para cuantificar el impacto de la pérdida de cabello en la calidad de vida de la persona se han usado cuestionarios específicos y se ha comparado con el impacto de otras enfermedades dermatológicas. Se observó que el impacto es similar al que presentan pacientes de psoriasis severa(6). Además también se ha relacionado la pérdida de cabello con síntomas de depresión(6,7). En un estudio realizado en Brasil en 2012, se observó que el miedo a desarrollar enfermedades dermatológicas (incluidas las relacionadas con el cabello) era mayor en el caso de las mujeres y que este miedo disminuía con la edad(8). Este mismo estudio mostró que el porcentaje de individuos con miedo a sufrir una alopecia total era similar al porcentaje de individuos con miedo a desarrollar un infarto de miocardio (8).
Aunque la pérdida de cabello afecta psicológicamente tanto a hombres como a mujeres, el efecto es mayor en estas últimas (5,7). Por una parte, esta diferencia puede ser explicada por el mayor significado cultural del cabello en la mujer, por su importancia en el mundo de la moda y la belleza y por su relación con la sexualidad y el atractivo(5,7). Por otra parte, los hombres podrían asumir más fácilmente la pérdida del cabello dada la mayor frecuencia de alopecia en hombres que en mujeres y estar esta imagen más normalizada en la sociedad. Sin embargo, la asociación que existe entre la alopecia y la edad también constituye una gran preocupación para los hombres(5).
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