La alopecia es uno de los problemas más comunes en nuestra sociedad. Afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque la incidencia en hombres es mucho mayor 1. El cabello juega gran importancia en la comunicación social 2, por lo que su pérdida puede originar estrés y disminuir la calidad de vida de la persona.
La dependencia de los andrógenos para el desarrollo de la calvicie ya fue observada por Hipócrates hace más de 2000 años1, pero no fue hasta mediados del siglo XX cuando se señaló como origen de la alopecia a la combinación de edad, niveles de andrógenos y factores genéticos3. En 2003, un estudio atribuía un 80% de las diferencias en el desarrollo de la alopecia factores genéticos 4,5. Hoy en día, se considera un desorden multifactorial causado por la interacción de diferentes genes y de factores ambientales 3.
Al igual que ocurre con el color de la piel o la altura, la herencia de la alopecia es poligénica; es decir, varios genes controlan un mismo fenotipo 3.Estudios genéticos recientes asocian la alopecia con distintos genes localizados en diferentes cromosomas. Sin embargo, la asociación más fuerte es con el gen del receptor de andrógenos, indicando la existencia de mecanismos hormonales implicados en la pérdida de cabello. Este gen, junto con otros asociados en mayor o menor medida a la calvicie, están incluidos en el cromosoma X, presente en ambos sexos.
Aunque la mayoría de los genes que influyen en el origen de la alopecia están relacionados con la estructura y el desarrollo del cabello, también se ha encontrado cierto grado de solapamiento entre variantes genéticas asociadas a la calvicie y otras asociadas a fenotipos como la altura, la edad a la que cambia la voz en hombres, o la edad de la primera menstruación en mujeres 5.
Sin embargo, son necesarios todavía más estudios para comprender en su totalidad la compleja arquitectura genética que origina la alopecia.
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