Siempre han existido grandes oradores, con discursos que te dejan de piedra, y que pasan a la posteridad. El «I have a dream» de Martin Luther King o el «sangre, sudor y lágrimas» de Winston Churchill son discursos que se han quedado para siempre en la memoria colectiva, y que nos siguen sirviendo de referente a día de hoy.
Sin embargo, y por desgracia, no todos tenemos el carisma y la seguridad que hacen falta para que un discurso te salga bien. ¿Y si te quedas en blanco? ¿Y si te quedas sin voz? ¿Y si la gente se fija en esos pequeños detalles que te acomplejan?
Es cierto que la situación de hablar en público siempre genera algo de nervios, porque, mientras estás hablando, los demás te miran: todos te miran a ti. Y sabes que todos están evaluando cómo lo estás haciendo. Y es lógico que te preguntes si lo estarás haciendo bien, si les está interesando, y si estás quedando bien con tu intervención. Te pones nervioso/a, evidentemente, porque te importa que todo salga bien.
Si sientes que tener poco pelo te puede afectar en cómo puedas quedar delante de tu público, es importante que revises los pensamientos que tienes al respecto. Porque si tienes pensamientos negativos te van a influir en la actitud que tengas a la hora de dirigirte al auditorio. Si, por el contrario, te hablas a ti mismo/a de una forma positiva, te ayudará a sentirte más seguro/a y esto, sin duda, lo transmitirás.
Y además, nunca olvides que, si impactas con tu presentación, nadie reparará en si tienes más o menos pelo. Si consigues conectar con tu público y contarles algo que les interese, será en eso en lo que fijen su atención, y con ello, tendrás el éxito garantizado.
Entonces, para conseguir tener el máximo éxito posible cuando tengas que hablar en público, te vamos a recomendar las siguientes medidas:
- Prepara con tiempo y dedicación lo que quieres decir y cómo lo quieres decir.
- Ensáyalo y grábate cuando creas que lo tienes terminado. Verte a ti mismo/a hablando te ayudará a darte cuenta de las muletillas que tienes mientras hablas en público.
- Inicia tu intervención con algo impactante. En los primeros minutos es importante que consigas captar la atención de tu auditorio.
- Habla despacio para que te entiendan bien. Esfuérzate en hacerlo, aunque a ti te parezca que hablas demasiado despacio, no importa, porque eso le da tiempo a tu público a procesar y pensar lo que les estás contando.
- Mira a los ojos durante 3 segundos a cada una de las personas de tu público, con esto captarás su atención.
- Cierra tu intervención también con algo impactante para que no se olviden de ti.
Por supuesto, algo que también te ayudará a sentirte más seguro, si tienes que hablar en público y estás perdiendo tu cabello, es tratarte su caída. Consulta con tu dermatólogo o farmacéutico la mejor solución para tu caso, y ellos sabrán cómo ayudarte.
Esther Gómez
Psicóloga y directora del centro Psicoarganzuela.
Deja una respuesta