Cuando vamos a la playa, tenemos claro que debemos proteger nuestra piel frente a las radiaciones solares: debemos tomar el sol con moderación y siempre con protección. Sin embargo, ¿qué ocurre con el pelo? A menudo nos olvidamos que la piel no es la única que sufre con la exposición al sol, sino que también lo hace el pelo. Los rayos solares hacen que el pelo pierda su fuerza, su color y su brillo y se vuelva más seco, áspero, rígido y frágil (1).
El sol daña tanto los pigmentos como las proteínas y los lípidos del cabello contribuyendo a su fotoenvejecimiento. Estos daños afectan a su estructura y contribuyen a que el pelo se haga más poroso, pierda su resistencia mecánica y aumente su rugosidad superficial(2).
El pelo está formado principalmente por queratinas. Estas proteínas confieren al pelo sus propiedades mecánicas que van a depender tanto de la temperatura como de la humedad(1,3). Las melaninas son los pigmentos del pelo y según su tipo y cantidad el pelo tendrá un color u otro. Alrededor de la fibra del pelo se encuentra la cutícula que es una estructura que lo protege del exterior(1,3).
Las melaninas protegen a las proteínas capilares de las agresiones solares al absorber la radiación y disipar esa energía en forma de calor. Sin embargo, durante este proceso, los pigmentos se degradan o decoloran(1,2). Esta fotosensibilidad y este cambio en la coloración del cabello es mayor en aquellos cabellos claros que en los oscuros(1,3). El cabello gris, es decir, las canas, son todavía más susceptibles a estos cambios que el cabello pigmentado(2). La cutícula exterior también es dañada por la luz solar, ya que al ser la capa más externa, recibe una intensidad de radiación mayor. Esta exposición puede causar que se rompa y se separen las capas más externas. Como consecuencia tendremos el pelo con las puntas abiertas (1).
La humedad relativa del ambiente también influirá en el daño que sufre el pelo por el sol. Tanto si la humedad es demasiado alta o demasiado baja, el daño será mayor(1). Por ello es todavía más importante que protejamos nuestro cabello cuando vayamos a la playa o a la piscina, ya que el agua hará que nuestro pelo sea todavía más sensible.
Pero no solo el pelo es sensible a los rayos solares, también se dañan tanto el cuero cabelludo como los folículos capilares, y este daño podría llevar incluso a una caída del cabello (efluvio telógeno tras quemadura solar del cuero cabelludo) (2).
Protección del pelo
Por todo esto, es muy importante proteger nuestro cabello y el cuero cabelludo del sol. Una forma de protegerse del sol, es usando sombreros. Aparte también existen muchos protectores solares específicos tanto para el pelo como para el cuero cabelludo. Además, se ha encontrado que los tintes pueden protegerlo contra las radiaciones solares.
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Santos Nogueira AC, Joekes I. Hair color changes and protein damage caused by ultraviolet radiation. J Photochem Photobiol B Biol. 2004 May 27;74(2–3):109–17.
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Trüeb RM. Effect of ultraviolet radiation, smoking and nutrition on hair. Curr Probl Dermatology. 2015;47:107–20.
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Nogueira ACS, Dicelio LE, Joekes I. About photo-damage of human hair. Photochem Photobiol Sci. 2006 Feb;5(2):165–9.
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