Quién no ha escuchado alguna vez la frase “no te toques tanto el pelo, que se te va a caer más”. Es un falso mito relacionado con la caída del pelo que nada tiene que ver con la realidad: tocarse el pelo con suavidad no hace que se caiga más, siempre y cuando tengamos un cabello sano para lucir. Cada día renovamos alrededor de 100 cabellos, por lo que es normal que alguno de los pelos que nos toquemos se desprendan, pero serán cabellos que ya iban a caer por sí solos.
A pesar de ello, sí que es cierto que existen ciertos hábitos que debemos evitar para no dañar la melena y el cuero cabelludo, o provocar una caída del cabello no natural:
- El cepillado excesivo: debe evitarse por riesgo de dañar la melena. Para no agregar una presión excesiva al cuero cabelludo, si se tienen nudos o muchos enredos, es mejor comenzar a cepillar desde las puntas e ir subiendo, sin ejercer fuerza en el cepillado. Además, es importante no cepillar el pelo cuando esté húmedo, ya que las fibras capilares están más expuestas y son más frágiles.
- Coletas o moños muy tirantes: Si nos peinamos con coletas o moños muy tirantes, al tirar del cuero cabelludo con fuerza, se genera inflamación del folículo y se produce pelo de peor calidad. Si este tipo de acción se repite con frecuencia, pueden aparecer zonas con menor densidad de pelo, lo que se conoce como alopecia por tracción.
- Secado del cabello con aire muy caliente: No todos los cueros cabelludos son iguales y cada cabello tiene una reacción diferente al calor de los secadores y planchas, pero una exposición continuada del cuero cabelludo al aire excesivamente caliente del secador, puede debilitar el pelo y provocar que se quiebre a la altura de la raíz, se vuelva quebradizo o se produzca sequedad capilar.
Por otro lado, hay que diferenciar la tendencia a tocarse el pelo de la enfermedad conocida como tricotilomanía, que es un trastorno compulsivo en el que el paciente se arranca su propio cabello. En este caso, se produce alopecia secundaria.
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